El documento discute la diferencia entre filosofía y ciencia. Afirma que la filosofía no es una ciencia sino una actividad de análisis y cuestionamiento. Su objetivo no es encontrar una verdad absoluta sino comprender los conceptos subyacentes. Concluye que el papel de los maestros es enseñar a sus estudiantes a filosofar mediante el cuestionamiento y la búsqueda de soluciones, no a aprender sistemas filosóficos particulares.